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EL PORQUE

Estamos acostumbrados desde pequeños a suponer que podemos soportar todo, pero eso es un error, porque a lo largo de la vida habrá momentos de estrés, de tensión o de agobio.

Este error hará que, en algún momento, ante situaciones que nos han sobrecargado, que nos han saturado, sobre las que hemos perdido el control, no sepamos gestionar este problema y ello degenere en un ataque de pánico. Dependiendo de su gravedad hablaremos de ello como crisis de ansiedad o como ataque de pánico.

EL COMO

La persona esta en un momento aparentemente tranquilo, de pie, andando o sentado, y de pronto nota que se siente particularmente mal, está sintiendo los síntomas de la ansiedad que esta subiendo. Una subida en ese momento que no se puede controlar.

En segundo aparece taquicardia, respiración dificultosa, ahogos, y una sensación que puede llevar a pensar en algo muchísimo más grave. Las alarmas están disparadas. La persona cree que puede incluso morir, y nada aparentemente sucede grave, pero se siente realmente mal. En ese momento los pensamientos sobre la gravedad solo harán que añadir más leña al fuego

Esa unión de la ansiedad y de las molestias, con pensamientos de enorme gravedad es lo que han más intenso el ataque. Ansiedad- Miedo- Ansiedad en un circulo vicioso que cada vez aumenta más los síntomas.

En todo caso esto durará un tiempo y finalmente remitirá por si mismo, aunque a veces la intensidad será grande y requerirá de acudir a urgencias.

LAS CAUSAS

Ahora lo más importante es ser consciente de que has estado superando tus niveles de capacidad de trabajo, o de salidas, de exceso de deporte, etc. Estas serán las cosas que uno tienen que modificar en su vida.

Lo que normalmente sucede y que es precisamente lo que solo ayudará a crear nuevos episodios será la hipervigilancia, la depresión o incluso el encerrarse en casa, llegando a poder crear una agorafobia. El problema no esta en controlar que no suceda, sino en saber porque ha sucedido y por lo tanto la corrección de esas causas.

Si pensar en vomitar nos hace pensar en vomitar, de la misma manera si pensamos en ansiedad, esto nos genera cada vez más ansiedad, sin motivos para ello.

QUE HACER

Primero de todo hay que ver que no exista alguna patología que justifique lo que sucede, sobre todo si vemos que se repite a menudo.

Después ver y analizar como se esta viviendo y que cosas habría que modificar y cambiar en nuestra vida y día a día.

Evitar dejar de tener un día a día normal y sobre todo continuar con nuestras actividades. De nuevo también no anticipar aquello que podría pasar porque solo generaremos pensamientos de más y más ansiedad dentro de nuestra mente.

En caso de suceder de nuevo, hay que preparar con el psicólogo las pautas que tendremos que hacer y como nos vamos a comportar. Frases o pensamientos para buscar la calma y como evitar que de nuevo se vaya de madre.

Tener presente que es un proceso y que va a ir pasando, así que hay que dejarlo fluir y no agobiarse por ello.

Importante que todo esto uno no crea que se gestiona en soledad o sin más, sino que lo más importante es trabajarlo con un profesional, ese es nuestro trabajo, y no es igual para todas las personas. Los libros de autoayuda o este mismo texto podría dar ideas, pero finalmente no soluciona en sí mismo nada.