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Nuestro cuerpo nunca miente
¿Tienen nuestras enfermedades relación con nuestras acciones y con lo que decimos o pensamos? ¿Qué se esconde detrás de un dolor, de un síntoma o incluso de una patología?
El cuerpo nos alerta con dolor de que algo no funciona bien.
Más de una persona se ha encontrado en esta situación. Acude al medico con un síntoma, un dolor, y el medico no encuentra nada que este mal. El dolor existe y por lo tanto la mente esta alertando de que algo no funciona bien.
Me encuentro hace un tiempo con alguien en esa situación. Un tremendo flemón de origen desconocido, pero con gran dolor. Pregunto pues si algo le está pasando, además de la inflamación, y empieza a contarme que últimamente por la noche se encoje al dormir. Pregunto si hay alguna situación de tensión en su vida, pero dice que no. Lo único que me cuenta es que tiene un trabajo donde su jefe es exigente y que intenta que este lo más contento posible.
Intento ver que relación hay entre sus síntomas y aquellos pensamientos que puedan estar causando esa tensión. El problema está en una palabra “complacer” que es lo que intenta hacer con su jefe, y es que no es capaz de decir que no a nada y lo ha de intentar todo.
Cuando dejamos de ser nosotros, de decir no cuando no podemos, y simplemente decimos no a todo generamos un terrible problema. Dejamos de respetar nuestras necesidades, de respetar los limites que sabemos que tenemos.
Después de trabajar este tema durante algunas semanas con distintos ejercicios se restablece el equilibrio y se recupera el no. Así pues, esta persona deja de mostrar esos síntomas, de tener dolores fantasmas, que nos están diciendo que algo no funciona.
El cuerpo no mentía. Esta bien hacer cosas, intentar ser la mejor versión, pero sin olvidar nunca que nosotros debemos de ser lo primero. No podemos perder la sintonía entre cuerpo y mente. A menudo cuando escuchamos esa alerta que son los dolores o la enfermedad estamos demasiado metidos en ellas.
Cuidado con confundir esto con decir que todas las patologías tienen una causa en la mente, puesto que eso no es cierto. El problema es que muchos de nuestros malestares más cotidianos tienen un reflejo en aquello que vivimos. Obviamente que cuando hablamos de una infección, de rompernos un brazo o de un cáncer no estamos hablando de la mente que nos comunica nada, sino de un problema médico, que si podrá verse afectado en su evolución en que nosotros estemos en sintonía entre cuerpo y mente.
Nadie lo va a hacer por ti, así que cuídate mucho.