Como muchos otros avances, el uso de los smartphones o teléfonos inteligentes, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por una parte se han relacionado con la mala conducta de los niños en las comidas, o con el aumento de las lesiones infantiles no intencionales. Por otra parte, este uso también puede beneficiar la vida familiar, ya que permite a los padres trabajar desde casa y pasar más tiempo con sus hijos. Los expertos dicen que la clave está en el uso responsable de las nuevas tecnologías. En un trabajo llevado a cabo en el Centro Médico de Boston, se observaron 55 grupos de padres y niños pequeños mientras comían en restaurantes de comida rápida. Se registraron los comportamientos de los niños y los adultos, incluyendo la frecuencia con que los padres utilizaban sus teléfonos móviles durante la comida. Encontraron que 40 de los 55 sacaron algún dispositivo móvil durante la comida, y mientras algunos sólo lo miraban brevemente, en torno al 40% estuvieron absortos en su smartphone durante toda la comida, ignorando por completo a sus hijos. Según pudieron observar los investigadores de este estudio, los adultos que estuvieron centrados en sus dispositivos, respondieron con más probabilidad con dureza a los niños, tanto física como verbalmente (Pediatrics, 2014). Otra investigación, realizada por psicólogos de la Universidad de Essex, encontró que la mera presencia de un teléfono móvil en la mesa (aunque esté apagado), hace que los que están sentados alrededor de la mesa se sientan más desconectados, y mantengan conversaciones menos profundas y más centradas en temas de poca importancia por temor a ser interrumpido. Los datos que aportan las investigaciones, apuntan a que los niños de hoy en día se están viendo privados de conversaciones importantes con sus padres debido a las interrupciones de la tecnología. Además de todo esto, muchos padres no están sirviendo como buenos modelos de conducta. Sobre todo cuando se trata de mostrar a los niños la importancia de experimentar soledad y aburrimiento de vez en cuando. Es bueno que los niños se aburran de vez en cuando. Ante estas sensaciones, en vez de usar la imaginación y creatividad, ven que sus padres recurren al teléfono. La innovación tecnológica siempre va por delante de la capacidad de los investigadores para estudiar sus efectos. Pero hay que intentar aprovechar las oportunidades y desafíos que acompañan al uso de las nuevas tecnologías. Los padres tienen que entender que, aunque los niños no necesitan que sus padres estén 100% atentos a ellos para lograr un desarrollo social y emocional saludable, hay que procurar un equilibrio. Algunas de las recomendaciones que dan los expertos, son levantarse antes que los niños para consultar el correo y los mensajes; mantener las comidas, hora de dormir o momentos en el coche libres de tecnologías; o buscar espacios y momentos que permitan a las familias charlar sin interrupciones de los teléfonos. Fuente: infocop
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